EL GOLPE DEL HORROR
PARTE V
Por
Juan Carlos Cena especial para Latitud Periódico
26
de marzo del 2014. Actualizado el 24 de marzo del 2017
Despojados
de su memoria, los pueblos se opacan, mueren. Y suelen morir
en la algarabía de imaginar que el pasado no interesa,
aturdidos por voces que los llaman a no recordar.
Héctor Shmucler
Luis
Cortadi, protesorero de La Fraternidad, ya venía polemizando
sobre el "factor humano" con el anterior presidente,
Cesáreo Melgarejo nombrado en la administración
de Isabel Perón. Ante los primeros enunciados del general
Caballero, por muy buenas intensiones que expresaran sus palabras,
se percibía que por debajo de ellas se escondía
la cesantía del personal. Cortadi escribía a mediados
de 1976, en pleno auge del golpe: "Quisieron solucionar
los problemas que tenían los ferrocarriles prescindiendo
justamente de los ferroviarios, lo que parece construir edificio
sin sus cimientos. Sin excepción, las distintos conducciones
a la que aludimos en Ferrocarriles Argentinos se fueron derrotadas,
perdiendo, pero sin saber que el país era el derrotado,
el perdedor: Y nosotros, que habíamos intentado que se
nos escuchara, que no cejamos en nuestro intento por salvar
a la empresa, dando opiniones a quién quiera oímos,
participando en los últimos tramos de cada una de las
gestiones, colaborando con sentido patriótico, somos
un conjunto de hombres que hemos presenciado la frustración
de toda una generación, somos parte de la frustración
misma, pero no nos damos por vencidos".
No
bajaban los brazos los ferroviarios. Los gremios se intervenían,
comenzaban los secuestros, los operativos nocturnos, los sospechosos
eran rigurosamente vigilados, el por algo será se echaba
a rodar. Cuenta Etchezar, dirigente de La Fraternidad:
"Los compañeros era cesanteados. Algunos viejos
y conocidos compañeros, de esos que uno conoce hasta
de qué club son hinchas. Las autoridades del Ferrocarril
nos decían que eran cosas de la SIDE lo cual suponía
creer que esos trabajadores eran poco menos que subversivos.
Esa era la excusa. Simplemente querían echar gente y
así condenaban a un trabajador a la sospecha. No les
importaba".
Los
ferroviarios temían el guadañazo de 15.000 a 20.000
trabajadores, a ello se le sumaba la intención de levantar
10.000 a 20.000 kilómetros de vías. El decreto
547 de marzo de 1977 autorizó a la empresa a proceder
a la clausura a la clausura definitiva de varios ramales. La
empresa sufría un déficit de locomotoras, de un
50 % del parque de coches estaba fuera de servicio y el problema
de exceso de pasajes se resolvía eliminando trenes rentables.
Cesantías, clausuras de ramales, de servicios, y una
reglamentación de trabajo deshumanizada, era el círculo
que rodeaba a los ferroviarios.
En
1977 a pesar de la represión la resistencia gremial ferroviaria,
la red clandestina de las comisiones de la resistencia va tomando
trabazón. El 28 de octubre comenzó un conflicto
en el ferrocarril Roca iniciado por los señaleros. El
diario La Nación le dedica cuatro columnas. Titula "Gestiones
por el pleito ferroviario". Y de bajada: "Se extendió
el paro ferroviario a otras líneas". Las líneas
San Martín y Mitre también estaban paralizadas,
con la adhesión de los otros gremios ferroviarios. Las
coordinadoras interferrocarrileras hacían su presentación
en sociedad. El diario La razón alerta en la edición
de la tarde que el ferrocarril Urquiza paraba.
"La
estrategia del diálogo y la fuerza", titulaba
Clarín el día 30. Dos páginas dedicadas
al conflicto con declaraciones y fotos de Liendo, Desmenuzaba
el conflicto, que por su envergadura se constituía en
la primera gran batalla obrera contra la dictadura La Conferencia
Episcopal Argentina de decía estar ájenla conflicto,
disimulando su preocupación con la oreja atenla y los
ojos abiertos; en una de esas les toca mediar como en 1961en
la Huelga contra el Plan Larkin que duró 42 días.
El
diario Clarín dedicaba 12 columnas al problema: Instancia
clave para el conflicto ferroviario". Alertaban sobre las
derivaciones del problema. Más preocupación. Hubo
paros en subterráneos, como un contagio. Reuniones van
y vienen. El conflicto se expande. Qué no decían
de los ferroviarios y de su espíritu subversivo, Asombro.
A pesar de la intervención en algunos gremios y la amenaza
sobre otros el paro prosigue. El 2 de noviembre el diario Clarín
informa en su portada: "Aumentos del 43% a los ferroviarios".
Pero los paros no cesaron. Este aumento no compensaba la desvalorización
salarial por la inflación.
El general Albano Harguindeguy les recuerda a los ferroviarios
que no existe el derecho de huelga. Intiman al personal. Comienzan
a llegar miles de telegramas por cesantías y dirigentes
a la cárcel. Es el año del mundial de fútbol
los militares creían que podrían respirar tranquilos.
Que los trabajadores estaban domados. Pero la cosa no fue tan
así no había tregua ni conciliaciones por debajo
de la mesa, todo venía caliente por los rieles desde
el verano.
A mediados de junio se les corta la respiración a los
milicos, ¿qué dirían las delegaciones extranjeras,
¡otra vez estos junagranputa! El Gordo Muñoz vocero
futbolístico de los militares a través de Radio
Rivadavia dejó de joder con eso de no tirar papelitos
en la cancha para no dar mala imagen a las delegaciones extranjeras,
y se metió con los ferroviarios, que daban muy mala Imagen.
SI éramos derechos y humanos, ¿cómo podía
haber paro ferrovlario? ¡Que se dejen de macanear con
los jubilados' Otro paro, y van….
Un
grupo de dirigentes de las seccionales San Martín, Victoria,
Lynch y Castelar de los ferrocarriles Mitre, Urqulza y Sarmiento
declararon un paro por 24 horas. Demandaban mejoras salariales,
e intimaban a la empresa. Esta, vez dan la cara. Cuestión
de corajes y esas cosas que hay que poner. Ellos eran Luis del
Valle, Marco Ruiz Díaz, Juan Quiñones, Jerónimo
Zambon, Gustavo Páez y Helios Mario Amendolaro.
La
contestación no se hizo esperar, fueron perseguidos,
sus domicilios allanados y algunos detenidos. Les aplicaron
penas por violar leyes de la dictadura. No se peleaba sólo
por el ferrocarril en este caso, si no por la obra social qué
la habían intervenido. El médico coronel Stell
tomaba medidas represivas contra el personal, y los pacientes
eran ferroviarios, también fueron militarizados. Aquí
también hubo resistencia.
El
27 de abril de 1979 se concretó la acción
del movimiento obrero más audaz contra la, dictadura
militar. Habían pasado más de tres años.
Los que promovieron esta acción fueron detenidos. Unos
asumieron toda la responsabilidad, otros eludieron las respuestas;
uno de ellos deslindó toda responsabilidad; a otros ni
los citaron, eran cómplices de la dictadura, otros fueron
detenidos para disimular la complicidad.
Los
dirigentes que organizaron el paro fueron todos detenidos. Allanaron
sus casas, bares donde solían frecuentar. Inauguraron
un pabellón de máxima seguridad en la Cárcel
de Caseros. Estuvieron allí José Rodríguez
y Saúl Ubaldini, quienes al poco tiempo salieron en libertad.
Quedaron seis presos. Fueron Demetrio Romero (Alimentación),
Enrique Micó (Vestido) Juan Carlos Castillo (Camionero),
Raúl Ravitti (Unión Ferroviaria), Roberto García
(Taxista) y Roberto Digón (empleados del gremio del tabaco),
a estos tres últimos les dieron las máximas condenas.
El
22 de mayo un paro por 24 horas en todas las líneas desorientó
a las autoridades por las características particulares
que tuvo. Era la resistencia ferroviaria que, como una esfera
obrera, lisa, sin protuberancias se presentaba. Así,
en esa esfericidad se constituyó el cuerpo social ferroviario
que resistía, sin evaporaciones.
No
aparecía en esa redondez cabecilla ni vocero alguno,
eran una sola acción llena de palabras redondas. Era
la unidad en la acción contra la dictadura.
A raíz de este acontecimiento lo llevan a Etchezar al
SIDE para interrogarlo, para que explique cómo había
sido ese mecanismo inexplicable que habían utilizado
para realizar el paro sin que el gremio lo hubiera decretado,
y no apareciera nadie de vocero, o responsable. Después
de cuatro horas -sin interrogarlo- lo soltaron; pero el contador
Hugo Jorge Carassai, funcionario de turno de ferrocarriles,
furioso lo tildó de subversivo por ocultar información,
por no delatar.
-Esa
noche tomé el colectivo 37 rumbos a Lanús, donde
vivía, un poco más preocupado que de costumbre
-recordaba Etchezar.
Cuando
llegó la dictadura militar al ferrocarril tenía
una plantilla de aproximadamente 154.000 trabajadores, al retirarse
sólo 95.000; y un sin número de desaparecidos,
hoy hemos contabilizado 90 compañeros desaparecidos.
Había 1.650.0000 desocupados en el país, según
datos de la central obrera. Los ferroviarios aportaron lo suyo.
El ministro de Industria Kull se sinceraba que el producto bruto
interno no había crecido entre 1975 y 1980... Lo que
sí creció en la dictadura y los sucesivos gobiernos
de democracias relativas y nadie lo menciona es el Déficit
Bruto Interno: la desnutrición, la mortalidad infantil,
el analfabetismo, falta de viviendas, el desamparo de nuestra
aborígenes, la destrucción de la naturaleza, la
desocupación, salud, educación pobladores sin
agua, cloacas; ¿cuánto suma este déficit
y en que tiempo se puede Y para no dejar nada suelto es dable
la pregunta ¿con qué sistema de gobierno?
Todos
los días la ofensiva contra los gremios se acentuaba.
A APDFA, a la Comisión Directiva encabezada por el ingeniero
Elido Veschi no los tocaron. ¿Por qué?, siempre
nos preguntamos La Seccional, la que lo propuso, la que lo elevó,
lo distinguió, fue barrida en una noche. ¿Por
qué? Los porque fueron la compañía. Hasta
que se tuvo que dejar el gremio, Elido Veschí siguió
sentado en el sindicato.
En
la Administración de Ferrocarriles Argentinos, Ramos
Mejía 1302 6º piso, una comisión integrada
por gente extraña sistematizaba la información
que venía de distintas fuentes de delación. Muchos
funcionarios ferroviarios se prestaron miserablemente a filtrar
y depurar ese paquete. Esas delaciones tocaron nuestras puertas.
Comenzaron
las cesantías, secuestros, allanamientos, exilios interiores,
y el silencio, el silencio de los sepulcros nos fue cubriendo.
Toda cobertura siempre tiene una hendija, por esa hendija apareció
la resistencia ferruca de mil formas diferentes y florecieron
las conductas solidarias…en ese trajín resistente
perdimos hasta hoy, 111 compañeros ferroviarios y ferroportuarios.
• Juan Carlos Cena es miembro fundador del Mo.Na.Re.FA
(Movimiento Nacional por la Recuperación de los Ferrocarriles
Argentinos)
- Autor de:
- El Guardapalabras (memorias de un ferroviario)
- El Cordobazo, una rebelión popular.
- El Ferrocidio 1ª edición (agotada)
- El Ferrocidio. 2da edición (ampliada y corregida)
- Crónicas del Terraplén.
- Ferroviarios, una sinfonía de acero y lucha
- Ferrocarriles Argentinos Destrucción / Recuperación
- Historia (viva) de la Resistencia Peronista
- Numerosos trabajos sobre Movimiento obrero
- Coordinador Escuelas Político Sindicales / 2008 -2009
2013- 2016 ATE La Pampa
- Personal técnico especializado en Planeamiento y Control
de Gestión
- ExSecretario general del Personal de dirección (APDFA)
de Capital Federal
• Libro de próxima aparición
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